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PRINCIPALES VICTORIAS

  • París-Niza: 1989, 1990
  • Vuelta a Cataluña: 1988, 1991, 1992
  • Giro de Italia: 1992, 1993 - 4 Etapas
  • Dauphiné Libéré: 1995, 1996
  • Tour de Francia: 1991, 1992, 1993, 1994, 1995 - 12 Etapas
  • Clásica de San Sebastián: 1990
  • Campeonato Mundial CRI: 1995
  • Juegos Olímpicos CRI: 1996
  • Récord de la hora: 1994

MIGUEL INDURAIN (1964)

  •    Eduardo Chozas: “Pues lo vi por primera vez en diciembre, en las pruebas médicas, y dije: «Madre mía, este chico…» Yo ya sabía que había ganado el Tour del Porvenir el año ese, porque estábamos todavía en el 84, y nos concentramos en Pamplona, para hacer las pruebas de esfuerzo. Y de repente aparece un tiarrón de dos metros que fundió la máquina con la que estábamos haciendo las pruebas. Cuando llevaba 500 vatios, aquello empezó a echar humo. Y yo dije: «Joder, estos chavales de hoy en día…». Yo iba fuera de forma, porque Echávarri me había dicho que me olvidara de la Ruta del Sol y de todas esas carreras, que me quería fuerte en el Tour, así que todavía ni entrenaba, apenas montaba en bici y había estado más tranquilo ese invierno en la preparación física. El caso es que di unos datos malísimos en la bici y me quedé sorprendido por Miguel, que era un chico calladito, calladito… Ahí ya digo: «Este tío es una máquina». Empezamos a correr y en las carreras, ya dentro de la temporada, arrancaba en las cuestas con el plato grande. Hablamos de un Miguel Indurain que pesaba como diez kilos más que el que ganaba los Tours. Era una mala bestia, ganaba al sprint a grupos de 52. Yo pensaba: «Menos mal que está en mi equipo este chaval, que cualquiera sale a por él cuando arranca». Hizo segundo en el prólogo, detrás de un holandés, Oosterbosch…”

                                             

       Melchor Mauri: La presencia de Indurain en el podio de mi Vuelta le da aún más relevancia al triunfo porque es el mejor de la historia. Cuando miro la foto del podio con Indurain y Marino Lejarreta, aún le doy más valor. Sabíamos que Miguel era bueno, pero era imposible anticipar que ganaría tanto y sería tan bueno.

     

       Marino Lejarreta: Yo no veía a Miguel como un escalador, y para ganar un Tour de Francia, si no subes bien los puertos más altos, es muy complicado. No pensaba que pudiera ganar un Tour de Francia.”

     

       Pedro Delgado: Indurain era un caballero. Pudo ganar el Tour del 90, pero el cambio de galones se hizo año a año. Él no creía ser un corredor para una prueba de tres semanas, pero tenía potencial de sobra. Recuerdo que en una ocasión se fue por delante con los favoritos y yo quedé rezagado. Prefirió esperarme a mí. Se entregaba por el compañero por delante de sus intereses.”

     

       Greg LeMond: “En 1991 me sentía mejor que en 1989 o 1990, pero obtuve la séptima plaza en el Tour. Las velocidades empezaron a aumentar.”

     

       Gianni Bugno: “Indurain era un corredor determinado, frío, que no pensaba mucho cuando llegaba el Tour de Francia. Su equipo estaba concentrado, llegaba, ganaba. Es alguien a quien siempre he admirado, más como persona que como campeón, le tengo mucha estima. Es un corredor que ha dado mucho al ciclismo, y aún hoy en día lo admiro muchísimo. Estoy contento de haber corrido en su época, porque puede afirmarse que es uno de los más grandes que el ciclismo haya tenido nunca. Así que, aunque no tuviera la oportunidad de ganar un Tour, estoy igualmente contento porque luché contra él para lograr esa victoria. Pero él siempre fue más fuerte. Me di cuenta de que era casi imposible derrotarlo. Incluso probé con un psicólogo. Intenté superar el miedo que sentía hacia Indurain.”

     

       Claudio Chiappucci: “¿Cuándo fue vulnerable Indurain? A Indurain no fue fácil ganarle, yo no podía hacer milagros, había días en que yo reventaba atacando y no era posible. Era el número uno sin discusión. Gracias a él, tuve que hacer grandes escapadas desde muy lejos para poder desequilibrarle. Busqué cosas fuera del ciclismo como el famoso instinto, que parecía poco natural para la gente, aunque para mí estaba muy estudiado. Traté de torpedear los planes que tenía Indurain. Mi verdadera motivación, mi verdadera montaña, fue él. Él es el icono más importante de lo que fue mi historia como ciclista.”

     

       Laurent Fignon: “La realidad me golpeó como una bofetada en la cara en forma de humillación: La escena tuvo lugar en Luxemburgo, en la famosa contrarreloj individual de 65 kilómetros, en la que Indurain traspasó las fronteras de la disciplina, infringiéndome la afrenta de alcanzarme y sobrepasarme cuando había salido 6 minutos más tarde. Fue una proeza increíble, que no se debió en ningún caso a un mal estado físico mío. El español aniquiló ese día a todos sus rivales, metiéndoles a todos más de tres minutos. Eran unos márgenes espeluznantes en aquella época.”

     

       Piotr Ugrumov: “Si Indurain me recuerda como un rival, ya es un privilegio.”

  •    Lance Armstrong: “Indurain iba volando. Mi gran objetivo antes de empezar la contrarreloj era mantenerme lejos de él, pero la forma en que este tío me pasó… Y esa fue en parte la razón por la que estuve tan muerto al final, porque traté de igualar su velocidad. Él iba en el llano a 55, 56, 57 kilómetros por hora, y yo iba con el 53x11 y me quedaba…¡Ufff! En los últimos 15 kilómetros ni siquiera sentía estar pedaleando, sólo movía las piernas.”

     

       Tony Rominger: Si eres deportista quieres ganar todo y en mi palmarés falta el Tour, pero, sinceramente, con Indurain no había posibilidades, él era superior. Haber vencido en las tres grandes hubiera sido algo muy bonito. Sufrí mucho con el calor y el Tour de Francia es en julio. Indurain con el calor iba mejor y esa carrera era más para él. En el momento me molestaba no poder ganarle, pero luego ya no. En el Giro, la Vuelta o las clásicas eran distinto al Tour porque competíamos uno contra otro, una vez ganaba él y otra yo. Aparte de los ciclistas del CLAS, es el único con el que tengo relación todavía. Es muy buen amigo y cuando nos vemos soy muy feliz. En la carrera no nos tragábamos, pero pasada la línea de llegada era un buen amigo.”

     

       Evgeni Berzin: “Indurain es un deportista y una persona magnífica. Le considero uno de los grandes campeones de la historia del ciclismo, como Coppi, Anquetil, Merckx o Hinault, cada uno en su período. Intento conservar el contacto, aunque no coincidimos mucho. Nos vemos en alguna marcha cicloturista en Italia y poco más. Vencerle en el Giro de 1994 me supo a gloria.”

     

       Chechu Rubiera: Coincidí con el más grande, que fue Indurain. Yo estaba en Banesto en el año noventa y cuatro, pero no era profesional, sino amateur. Luego, cuando pasé a profesionales, en el noventa y cinco, ya coincido con él en el pelotón. Y claro: impresionado. Un tío que ya había ganado cuatro tours, y que aquel año ganó el quinto. Y un tío muy respetado y querido, porque en el pelotón era muy calmado; nunca se alteraba, nunca insultaba. En el pelotón hay mucho roce y momentos de tensión; mucha palabra malsonante, pero de él jamás oí una mala palabra ni un reproche a nadie.”

     

       Alex Zülle: “Era imposible ganarle, imposible.”

     

       Marco Pantani: “Indurain no hizo más que confirmar día a día lo que ya todos sabíamos: era el más fuerte de todos los corredores, y lo era en todos los terrenos.”

     

       Abraham Olano: El líder era Miguel. Por todo lo que conllevaba era el Mundial de Indurain. Él se había preparado en altitud, luego iba a hacer el récord de la hora. Había hecho una preparación exclusiva para el Mundial y corrimos para Miguel. Pero en las situaciones de carrera hay que ser frío. Mejor que gane un compañero a que gane un rival por un despiste. Solo basta echar un poco la vista atrás y ver lo que pasó con Valverde y Purito. Esa situación nos pudo pasar a nosotros, porque la situación era muy similar, pero son situaciones en las que reaccionas de una forma o de otra. Pasó lo que pasó. Los seguidores del Banesto o los de Miguel me criticaron por ello. En ese momento les sentaría mal lo ocurrido. A esa gente que me ha criticado o que me ha puesto en duda, que todavía sigue sacándole punta a aquello, lo único que les digo es que miren el vídeo de la llegada del Mundial y la satisfacción de Miguel no es porque alguien le haya hecho algo malo sino porque la selección española ganó el Mundial. Corrimos como selección no como equipos particulares. Hubo gente que no lo entendió, les chocó lo de mi ataque, pero antes había pinchado Miguel y yo me quedé frenando el grupo para que él entrara y no se moviera nadie y tuviéramos la opción de ganar. Fue un trabajo en equipo.”

     

       Bjarne Riis: Miguel Indurain había sido hasta entonces el jefe indiscutible del pelotón, gracias a sus cinco victorias consecutivas en el Tour, entre 1991 y 1995. Para mí siempre será un gran campeón. Su derrota de 1996 la asumió con dignidad. Otros corredores con menos clase en una situación similar habrían dado rienda suelta a su ego y a su orgullo, y habrían abandonado la carrera en vez de prolongar su sufrimiento, pero Indurain no era de esa calaña y prometió continuar luchando. Al día siguiente llegábamos a su ciudad, Pamplona, y yo quería reconocer en público la categoría de aquel hombre. Indurain hablaba un poco de italiano y de francés, así que no teníamos muchas posibilidades de comunicarnos, pero siempre me pareció una persona excelente.”

     

       José Luis Arrieta: “Miguel se tomaba las cosas con una calma increíble. Siempre fue así. En la derrota y en la victoria. Él corría, sufría, se esforzaba y eso era ya suficiente satisfacción. Quiero decir que si perdía no se mortificaba. Había hecho lo que tenía que hacer y punto. En las dos grandes pájaras que he vivido a su lado llegábamos al autobús y ahí estaba él más triste por habernos fallado que por el resultado. Nos decía que lo sentía mucho, que lamentaba haberse olvidado de comer o de quitarse o ponerse el chubasquero... Ha sido el más grande porque su grandeza iba más allá del palmarés. No conozco a nadie que hable mal de él. Miguel no era ambicioso. No pensaba en ganar a cualquier precio, de cualquier manera. Por eso se fue. Alguna vez hemos hablado de que incluso cuando ganó el quinto Tour ya pensó en dejarlo."

     

       Miguel Indurain: “Era un jaleo. Muchas entrevistas...”

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