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PRINCIPALES VICTORIAS

  • Giro de Italia: 1998 - 8 etapas
  • Tour de Francia: 1998 - 8 etapas

MARCO PANTANI (1970-2004)

  •    20 de julio de 1998. Tour de Francia. Grenoble-Les Deux Alpes. 185 kilómetros. Subidas a La Croix de Fer, el Galibier,  meta en Les Deux Alpes. Se avecina un día de perros: frío intenso, niebla espesa, lluvia penetrante… El objetivo de muchos corredores no es tanto ganar como tumbar a Jan Ullrich, maillot amarillo del Tour, que cuenta con tres minutos de ventaja sobre su principal rival, Marco Pantani, que unas semanas antes acaba de imponerse en el Giro de Italia. El alemán ha mostrado debilidades en los Pirineos, y el Pirata de Cesena debería ser el beneficiado si revienta. Posiblemente sea la última oportunidad para desbancarle.

     

       En el inicio de la subida al Galibier la cosa se pone seria para el equipo de Ullrich, el Telekom alemán. Comienza el acoso y derribo. Luc Leblanc, que se encuentra a poco más de cuatro minutos del líder, ataca casi de inicio, a unos 80 kilómetros de meta. Es neutralizado rápidamente, pero las intenciones están muy claras, y el equipo alemán, con Udo Bolts marcando el ritmo, es el epicentro de un avispero en plena ebullición. José María Jiménez demarra y se va. Le siguen Roland Meier y Luc Leblanc. Pero el Telekom no quiere ninguna sorpresa, dejando sólo por delante a ciclistas que no suponen un gran peligro: Rodolfo Massi, Christophe Rinero, Marcos Serrano… Sólo Jiménez consigue distanciarse. Por detrás Leblanc vuelve a intentarlo con un duro ataque… Ullrich se queda únicamente con la ayuda de su compañero Bjarne Riis. Ataca Escartín. Ataca Leblanc. Ataca Escartín. Ataca Boogerd, que se encuentra en la clasificación a 3 minutos y medio del teutón, que se queda sin compañeros a 60 kilómetros de meta. Asume su responsabilidad en primera persona y neutraliza los ataques. Ataca Fernando Escartín, noveno a cinco minutos del líder. Ataca Boogerd. Ataca Leblanc. Responde Ullrich. Ataca Pantani. Adiós. El Pirata ha salido de la cueva en plena tormenta. Quedan algo más de 50 kilómetros para le meta en Deux Alpes, unos seis kilómetros para la cima del Galibier. Pantani vuela, sobrepasando uno a uno a todos los corredores que iban por delante. Grandes escaladores entre ellos, ninguno puede seguirle más allá de unos metros, intentarlo durante más tiempo es cavar tu propia fosa ante el ángel de la bicicleta. Jiménez corona el Galibier unos segundos por detrás de Pantani. Se unen en los primeros metros del descenso en medio de la borrasca. Rinero se junta con ellos poco después. Leblanc corona a dos minutos. Ullrich, a casi tres.

     

       En la bajada del Galibier, de 35 kilómetros, se reagrupan todos los ciclistas que pululaban con un estrecho margen por la cima: Escartín, Pantani, Massi, Serrano, Rinero… El Chava Jiménez queda descolgado del grupo cabecero en el descenso.  Ullrich pincha, la suerte tampoco está con él. En el inicio de la subida a Deux Alpes, de casi 10 kilómetros, ataca nuevamente Pantani y se va en solitario. El Pirata ya es el líder del Tour de Francia y en ese momento inicia su ascensión hacia el cadalso.

     

       En 1999, durante el Giro de Italia, Pantani es una versión mejorada de sí mismo, su superioridad es incuestionable. Vence en Gran Sasso. Siempre muy limitado en las contrarreloj, en la primera crono de 32 kilómetros es tercero sólo por detrás de Jalabert y Honchar. Vence en Oropa. En la crono de Treviso, de 45 kilómetros, es séptimo. Vence en Alpe di Pampeago. Vence en Madonna di Campliglio. En la clasificación general todo está decidido. Paolo Savoldelli es segundo a más de cinco minutos y medio. Ivan Gotti, tercero, a más de seis… Al día siguiente, a falta de dos etapas para terminar el Giro, Pantani, con una tasa de hematocrito del 52%, es descalificado por superar la tasa permitida en un control sanguíneo, el 50%. Pantani declara que “Toda palabra estaría de más. Tenía la maglia rosa, mi tasa de hematocrito no superaba el 46 por ciento y me he levantado con esta sorpresa. Creo que hay alguna cosa que no va bien. A lo largo de mi carrera he debido superar dos gravísimos accidentes, pero esta vez moralmente hemos tocado fondo”. Es un golpe que Pantani nunca podrá superar. Comienza a sufrir una persecución mediática y judicial en Italia.

     

       Christina Jonsson, novia de Marco Pantani entre 1996 y 2003, habla sobre su vida junto al ciclista italiano: "Siempre tenía productos en un Tupperware en el frigorífico, pero nunca quise saber qué eran. Era la vida de Marco, y él tampoco quería hablar de ello y yo respetaba eso. A veces se pinchaba y yo le ayudaba sosteniendo su brazo. Es todo. Marco tenía que aceptar correr en un sistema que no permitía no doparse. Uno o dos meses antes de ser controlado en el Giro me dijo que no podía más, que quería revelar todo y cortar por lo sano.

     

       Cuando le excluyeron regresó a su casa y pasó días desesperado y llorando. Estaba completamente paralizado. Ni siquiera podíamos salir de casa, al menos había 150 o 200 periodistas rodeando la casa. Marco se sintió traicionado y abandonado. Creía que su descalificación era premeditada, que era un complot. Se quedó recluido durante cuatro días en la oscuridad, silencioso. No podía comunicarme con él. Fueron momentos muy difíciles. Después Marco empezó a salir de noche. Alrededor de diez días después vino a verme y me dijo que había empezado a consumir cocaína. Creo que fue la única manera que encontró para soportar la presión, para sobrevivir a una situación que le sobrepasaba. En poco tiempo se encontró aprisionado en su casa y vio que todo su universo se había derrumbado. Marco decía que había servido de chivo expiatorio. Y lo más duro para él era que creía que aquellos que había jugado al mismo juego que él eran los que le habían apuñalado. La campaña antidopaje debía dar ejemplo. Incluso los jueces querían mostrar al mundo lo bien que habían trabajado.

     

       Marco vivía con el temor a todos esos controles antidoping en los hoteles en los que dormía durante las etapas, la vida de un ciclista profesional te vuelve paranoico. En su trabajo Marco conseguía gestionar su paranoia, la soportaba, pero la cocaína amplifica las tendencias. Eso le permitió huir del mundo durante cuatro años. Marco consumía cantidades industriales de cocaína, su cuerpo lo aguantaba, tenía un físico excepcional. Varias veces llegó a creer que la bicicleta le daría fuerza para abandonar la cocaína, hacía algunas carreras pero después volvía a sumergirse en ella. Los traficantes contactaban con él y todo volvía a empezar. Incluso llegaban a llamar a su puerta. Mi vida con Marco fue un movimiento perpetuo de esperanzas y desesperanzas, de acercamientos y rupturas. En verano de 2003 me fui definitivamente, para preservar mi salud física y mental."

     

    Marco Pantani fue encontrado muerto en su habitación de la Residencia Le Rose de Rímini el 14 de febrero de 2004.

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