"Zoetemelk -dice Lucien Van Impe, vencedor del Tour de Francia de 1976- era un chuparruedas. Siempre estaba detrás de Merckx, que también se lo reprochaba. Una vez estuvo sin relevarme durante toda la etapa porque Poulidor estaba detrás, y porque Caput le había dicho que no me ayudase. Me dijo en flamenco que no me preocupase, que no disputaría el esprint. Cuando llegamos a la cima, se fue en busca de la etapa."

 

   En 1974, Joop Zoetemelk, que ya había sido segundo en los Tours de Francia de 1970 y 1971, ficha por el Gan-Mercier, en el que milita Raymond Poulidor, con Louis Caput como director. En la Paris-Niza consigue derrotar a Eddy Merckx por primera vez. Zoetemelk vence ampliamente en la contrarreloj final, donde Eddy Merckx sólo puede ser cuarto, perdiendo 40 segundos.

 

   Joop sigue ganando ese año la Semana Catalana y el Tour de Romandía. Por primera vez parece que puede ser un gran rival para Eddy Merckx en el Tour de Francia. Sigue su preparación participando en el Midi-Libre, un mes antes del inicio del Tour. Finalizando la primera etapa, al salir de una curva, parte del pelotón choca bruscamente contra un coche mal aparcado. Zoetemelk es de los que no puede esquivar el coche. "Perdí el conocimiento. Cuando lo recobré estaba en medio de la carretera. Vi que no tenía nada roto y me levanté. Me llevaron al hotel. El masajista estaba preocupado por mi estado, y para demostrarle que estaba bien di algunos pasos de baile. Dos horas más tarde sentí violentos dolores de cabeza. Me llevaron al hospital de Béziers y las radiografías no revelaron nada. Por la noche los dolores empeoraron y me llevaron a mi casa. El médico optó por un traslado en ambulancia en lugar del avión. Ya en mi casa, el dolor era insostenible. Mi esposa llamó al "matasanos" de nuestra familia, que exigió una hospitalización en el hospital de Meaux. Nuevas radiografías detectaron una fractura de cráneo. Me dijeron que si hubiese viajado en avión no habría sobrevivido a las diferencias de presión".

 

   Todo se complica con una meningitis que puede acabar con su vida. El médico le dice que debe abandonar toda esperanza de volver a la competición.

 

   "Zoetemelk -dice Raymond Poulidor- pronto fue el único entre nosotros, incluido yo mismo, capaz de permanecer a rueda del gran Eddy Merckx. Sé que ha sido muy vilipendiado, sobre todo en la prensa belga, por no mostrarse capaz de relevar a Eddy. Eso es como pedir a un 2CV que adelante a un deportivo. Pero en mi opinión, en 1974, antes de su accidente, Zoetemelk estaba al mismo nivel que Merckx. Abrió huecos extraordinarios tanto en línea como en las contrarreloj. Salió invicto de todas las carreras por etapas en las que participó. Ese accidente, del que fui testigo, probablemente nos haya privado de uno de los más grandes campeones de la era moderna."

 

   No culpo a Eddy -explica Zoetemelk- por impedirme tener un palmarés mucho más amplio. Si, como él, yo hubiera dominado el ciclismo de mi época, sólo hubiera dejado las migajas a mis adversarios. Él era tan superior que podías darte por satisfecho sólo con seguir su rueda. Yo aguantaba mucho tiempo a su estela, y cuando miraba atrás lo único que percibía era que los demás ya se habían quedado. Ellos no recibían ningún reproche. Hay que saber que si yo no le atacaba salvo en contadas excepciones era simplemente porque yo era incapaz. Pero yo siempre di lo mejor de mí mismo."

 

   Tras un mes de hospitalización y una lenta recuperación, Zoetemelk regresa al pelotón profesional en marzo de 1975. Aunque tras su reaparición obtiene buenos resultados, le cuesta varios años volver a alcanzar su mejor nivel. Lo consigue en 1979, donde es capaz de vencer a Bernard Hinault en la París-Niza y en el Critérium Internacional. También se impone en la Vuelta a España.

 

   Tour de Francia de 1980:  Bernard Hinault parte como gran favorito a sus 25 años. Vence en el prólogo, sacando 27 segundos a Zoetemelk. En la primera crono individual de 33 km vuelve a vencer el bretón, con más de un minuto sobre el holandés.  En la quinta etapa, que finaliza en Lille, Hinault llega escapado con Hennie Kuiper, sacando más de dos minutos al pelotón. Gracias a dos cronos por equipos en los primeros compases de la carrera, en las que vence el TI-Raleigh de Zoetemelk, Bernard Hinault, al llegar a la etapa 10, a pesar de su superioridad, sólo aventaja a Zoetemelk en exactamente dos minutos.

 

   Sin embargo en la etapa 11, una contrarreloj individual de 51 km las tornas cambian. Zoetemelk vence sacando más de 1 minuto y medio al galo. Al día siguiente Bernard Hinault abandona el Tour en Pau, con su rodilla maltrecha por una tendinitis, siendo líder con 21 segundos de ventaja sobre Joop Zoetemelk. “Hice un enorme sacrificio en 1980 cambiando el Mercier por el TI-Raleigh, fue lo único que me costó verdaderamente en toda mi carrera. Dejé un equipo de amigos para unirme a Peter Post y la armada Raleigh. Pasaba de la artesanía a la industria, pero el Tour merecía la pena. Era mi última oportunidad, una oportunidad ínfima, pero no tenía el derecho a dejarla escapar. Nunca tuve la superclase de un Merckx o de un Hinault en sus grandes épocas, pero se hizo de todo para ensombrecer mi victoria. Incluso Jacques Goddet, conocido por su deportividad, escribió un artículo durante el desarrollo de la prueba en el que decía que la única manera de impedir la victoria de Zoetemelk estaba en manos de los hombres de bata blanca. Furioso, Peter Post, mi director deportivo, le envió ese día una carta de una virulencia extrema.”

 

   Surgieron los rumores sobre un posible positivo de Zoetemelk por productos anabólicos en el control antidoping de la etapa 18, pero finalmente todos los controles fueron negativos.

 

   "Luis Ocaña afirmó que nunca me había visto andar tan poco como en ese Tour. ¿Qué pensaría entonces del resto de corredores? Él olvidaba que había sacado 7 minutos al siguiente y que había ganado las grandes contrarreloj sin ninguna oposición. Y luego estaban sobre todo los que decían que el abandono de Bernard Hinault devaluaba mi victoria. Yo creo que un corredor que abandona por haber sobrepasado sus límites es igualmente un adversario derrotado. El abandono es a menudo un signo de impotencia.”

 

   Bernard Hinault, en una entrevista concedida a Le Télégrame en el año 2014, no dudó en alabar las virtudes del campeón neerlandés: "En 1980 Zoetemelk ganó el Tour y lo ganó de una manera totalmente merecida. Al contrario de lo que mucha gente dice, no era un chuparruedas. De hecho fue él quien me hizo la vida más difícil. Era un luchador. Nunca se rindió, simplemente no tuvo suerte. Tuvo que enfrentarse a Merckx, después tuvo un grave accidente, y luego tuvo que enfrentarse conmigo. Sin embargo, fue seis veces segundo en el Tour de Francia."