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PRINCIPALES VICTORIAS

  • París-Roubaix: 1936
  • Tour de Francia: 1933 - 9 etapas
  • Mundial: 1933

GEORGES SPEICHER (1907-1978)

  •    Junio de 1933. Tour de Francia… Henri Desgrange propone algunas novedades: se reduce el número de etapas llanas, intentando concentrar el interés en la montaña y se crea un premio, dotado de 10.00 francos, para el que consiga los mejores resultados al paso de ciertos puertos de montaña; las etapas largas se reducen muchísimo, siendo la más larga de 293 kilómetros, con catorce etapas por debajo de los 200; se reducen las bonificaciones; el fuera de control pasa al 8% en las etapas llanas y al 15% en las etapas de montaña; se eliminan las salidas tempraneras ya que los ciclistas prefieren no despertarse demasiado pronto, a pesar del calor que pueden sufrir más más tarde; además de los tres comisarios habituales, habrá un cuarto comisario “secreto” que se irá desplazando por toda la caravana, intentando reprimir los empujones subiendo los puertos, pudiéndose llegar a la expulsión de la carrera de aquel corredor que sea cazado en un tercer empujón solicitado.

     

       El equipo francés parece invencible. Varios de sus ciclistas pueden optar a la victoria final: André Leducq, Antonin Magne, Georges Speicher… Como rival más peligrosos de los franceses se perfila Learco Guerra, a la cabeza de un potente equipo italiano con Camusso y Di Paco. El equipo belga dependerá de lo que puedan hacer Georges Ronsse y Jean Aerts. Independientes como Vicente Trueba, Antoine Dignef o Louis Hardiquest deberían animar la carrera.

     

       La primera etapa, entre París y Lille, es una batalla campal desde que se inician los primeros tramos de pavés. Maurice Archambaud entra vencedor en el hipódromo de Marcq-en-Barœul. El francés, excelente rodador, es el superviviente de una escapada en la que ha ido descolgando a sus acompañantes: Peglion, Geyer, Hardiquest… Tras los últimos diez kilómetros de pavés que debe recorrer entre Lille y el hipódromo, alcanza la meta con dos minutos y medio de ventaja sobre el segundo, León Louyet, que encabeza un grupo formado por Jean Aerts, Lemaire y Rebry. Speicher pierde cuatro minutos y medio, Guerra llega poco después con Leducq. Ronsse pierde más de seis minutos, y Bulla casi nueve. Magne finaliza la etapa a más de catorce minutos.

     

       La segunda etapa, entre Lille y Charleville, cuya primera parte también tiene tramos de pavés, sigue produciendo grandes diferencias, aunque trece corredores llegan juntos al velódromo, tras varios reagrupamientos. El tramo final, con buena carretera, salva a muchos corredores de quedar eliminados de la carrera. Se impone Guerra, que es quinto en la general, a algo más de ocho minutos de Archambaud. Desgrange aumenta el fuera de control al 10% para que los italianos Bergamaschi y Di Paco puedan seguir en carrera. Es el colofón a dos etapas muy duras, en un inicio de Tour nada convencional.

     

       Las siguientes etapas se desarrollan sin grandes sobresaltos, salvo para Charles Pélissier, que sufre una caída y debe abandonar. En la séptima etapa se sube el primer coloso alpino, el Galibier. El español Vicente Trueba corona en primera posición, pero a pesar de los 5 minutos y medio de ventaja que consigue, los 95 kilómetros que hay hasta la meta de Grenoble hacen imposible su gesta. Guerra gana la etapa después de pasar por la cima del Galibier a once minutos de la Pulga de Torrelavega. Según Desgrange, “el Tour no fue creado para que lo ganase el mejor escalador, sino el ciclista más completo”.

     

       La siguiente etapa, corta, 101 kilómetros, llega a Gap. Cuando el porcentaje del 8% se ha sobrepasado, sólo 31 ciclistas han llegado a meta. Georges Speicher hace su primera aparición y se destaca en la bajada del Bayard, tras una etapa en la que la lucha se entabla desde el kilómetro 20, en la côte de Laffrey. Tras Speicher llega, a unos segundos, un grupo formado por Lemaire, Martano, Buchi, Level, Archambaud y Camusso. 30 ciclistas superan el tiempo permitido, pero Desgrange vuelve a aumentar el tiempo de fuera de control al 15%, y sólo diez corredores, entre ellos Max Bulla, son eliminados. Es la segunda vez que Desgrange actúa en contra de su reglamento, y las quejas empiezan a sucederse. Speicher pasa de la novena plaza en la clasificación a la cuarta, con 17 minutos de retraso sobre Archambaud.

     

       La novena etapa, de 227 kilómetros, supone un cambio de líder. Se suben Vars y Allos. En el primero vuelve a pasar en primera posición Trueba. Archambaud, víctima de un gran desfallecimiento, acusando los esfuerzos de la primera parte del Tour, pasa a casi 14 minutos, acompañado de Leducq, Lapébie, Camusso… Se llega a bajar de la bicicleta, se tumba bajo un calor tórrido, pero Leducq no le deja abandonar. Leducq le obliga a subir a la bicicleta y a finalizar la etapa. Es un Tour tremendamente exigente, con poco descanso entre las etapas de montaña. Georges Speicher vuelve a ganar y se coloca en tercera posición en la clasificación, a tres minutos del nuevo líder, el belga Lemaire. Guerra es segundo a 23 segundos del belga. Archambaud pasa a la cuarta posición, a cuatro minutos del líder. “Todo se ha acabado para mí, pero Georges ganará el Tour, porque es el más fuerte este año”, dice Maurice, que comparte habitación con Speicher.

     

       Fernarnd Corned, Fayolle, Pastorelli, Alfred Bula, Trueba, Le Calvez… Son los seis ciclistas que consiguen finalizar la décima etapa dentro del tiempo reglamentario. 35 ciclistas, que llegan a Niza 27 segundos después del cierre de control, son repescados por Desgrange. El vencedor, el independiente Cornez, expresa sus sentimientos: “Estoy pinchando más de lo normal, mi material se rompe, pero nadie me ayuda. Los independientes somos los parias de la carrera. Ni siquiera tenemos tiempo para descansar, nosotros mismos nos ocupamos de nuestra bicicleta, de limpiarla, de reparar los tubulares, de cambiar las piezas deterioradas. Mientras los ases duermen en acogedores hoteles, confortables, sin preocupaciones de ningún tipo, nosotros estamos trabajando en nuestra máquina. No tenemos ninguna defensa contra la adversidad… Si por ejemplo, rompemos una rueda delante del camión-taller, los mecánicos nos dicen que todo lo que hay en vehículo está reservado para los ases.”

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