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PRINCIPALES VICTORIAS

  • Omloop Het Volk: 1982, 1983
  • Milán-San Remo: 1981
  • Tour de Francia: 1 etapa
  • Vuelta a España: 6 etapas
  • Giro de Lombardía: 1980

FONS DE WOLF (1956)

  •    “No pude concentrarme en el ciclismo durante una temporada completa. A veces viví al 110 % para la carrera, otras veces sólo al 40”. Quien así habla es el playboy, también ciclista profesional entre 1979 y 1990, Fons de Wolf. Siendo neoprofesional, con 22 años, gana cinco etapas en la Vuelta a España. Con 24 se impone en el Giro de Lombardía de 1980 y en la Milán-San Remo de 1981. “Lombardía me permitió afirmarme, pero San Remo me permitió ganarme el respeto de los demás.” Son sus mejores años, y aunque en 1981 ya corre en el equipo Vermeer-Thijs, hasta entonces lo hace en el Boule d’Or bajo las órdenes de Guillaume Driessens. “Driessens – dice Fons- fue el director deportivo más severo que tuve. Nos vigilaba todo el tiempo. Nos decía qué, cómo y cuándo comer. Sobre todo nos decía que tuviésemos cuidado con las mujeres, quería que fuésemos serios. Una noche, con Vincent Lombardi, pusimos somníferos en su café porque queríamos salir… ¡Ni siquiera se durmió!”

     

       El Giro de Lombardía de 1980 se caracterizó por su gran dureza debido a las condiciones climatológicas, y sólo 17 corredores consiguieron terminar la carrera de 253 kilómetros. En el kilómetro 95 se forma una escapada con Gilbert Duclos-Lasalle, del equipo Peugeot, y Amilcare Sgalbazzi, del Inoxpran. Retan al pelotón durante 45 kilómetros, siendo el Bianchi, con Baronchelli a la cabeza, el que comanda la persecución. Sgalbazzi cede y Duclos-Lasalle se queda solo en cabeza, pero finalmente es absorbido por el grupo. A falta de 60 kilómetros para meta, en la subida a Intelvi, sólo quedan en cabeza los más fuertes: Gianbattista Baronchelli, Ludo Peeters, Fons de Wolf, Aldo Parecchini, Hennie Kuiper, Jean-Luc Vandenbroucke, Wladimiro Panizza, Theo De Roo, Mario Beccia, Roberto Ceruti, Silvano Contini, Alfredo Chinetti…  Poco después, antes de llegar a San Fermo, la última subida del recorrido, Peeters, Fons de Wolf y Chinetti sorprenden al resto de compañeros de escapada y se destacan, llegando a la cima con minuto y medio de ventaja. El italiano Baronchelli, máximo favorito, vacío, abandona. De Wolf vence sin problemas a sus dos acompañantes en el sprint de Como. "Yo -dice Fons- no era un hombre de julio, odiaba correr en verano. Estaba mejor al principio y al final de la temporada". Los años que pasó trabajando en los campos de la granja familiar cuando era joven, durante los meses más fríos del año, le enseñaron a soportar bajas temperaturas y condiciones adversas.

     

       La Milán-San Remo del 81 se decidió en el Poggio. Lo intentaron Daniel Willems y Stefan Mutter durante la subida, pero son neutralizados por Moser y Saronni, que se vigilan mutuamente. De Wolf logra sorprender a todos atacando casi en la cima. Saronni intenta neutralizarle e inicia la persecución. Pide el relevo, pero Moser no mueve un dedo. Fons de Wolf coronó el Poggio con cuatro segundos de ventaja, que fueron suficientes para imponerse a un pelotón encabezado por Roger de Vlaeminck, tras 288 kilómetros. "He renunciado -dirá Moser en Via Roma- a salir detrás de Fons de Wolf para hacer perder a Saronni. No se merece nada."

     

       Al finalizar la temporada 1981 Fons pasa unas vacaciones en la isla caribeña de Guadeloupe: “Pisé un erizo de mar infectado por gusanos. A partir de entonces se redujo la cantidad de glóbulos rojos y blancos en mi sangre, entre un cinco y un ocho por ciento, aunque no lo sabía. Si lo hubiera sabido no hubiera podido quitármelo de la cabeza y no habría logrado nada más. Todo era mucho más difícil, así que entrenaba más. Pero tenía menos resistencia y me sentía un poco enfermo. En la vida cotidiana no es una gran molestia, pero en el deporte profesional esos porcentajes marcan una gran diferencia. La gente decía que no me cuidaba ni vivía para el deporte, pero no fue mi culpa. Me cuidé, o no habría conseguido estar a tan alto nivel durante cinco o seis temporadas.”

     

       En 1982 y 1983 Fons de Wolf gana la Omloop Het Volk. “En la primera victoria, en 1982, realmente yo no estaba bien. Me encontré en el grupo de cabeza escapado con dos compañeros del Vermeer-Thijs. Cuando el pelotón se reagrupó, ataqué en el Volkegemberg. Mis compañeros se pararon y me dejaron con veinte segundos. Bueno... Entonces habrá que seguir, ¿no? Me dejaron un minuto y no me volvieron a ver. Un año después volví a saltar en el Volkegemberg, esta vez con Jan Raas, pero no me dio ningún relevo durante al menos diez kilómetros. Tuve un día estupendo. En el sprint le vencí,  y eso que Raas era muy rápido.” Aunque Jan Raas no pudo prepararse bien durante el invierno debido a una infección en la mandíbula, el ciclista neerlandés reconoció que “no siempre gana el más fuerte, pero hoy ha ganado el más fuerte.”

     

       Para Fons de Wolf su mayor decepción fue la Lieja-Bastogne-Lieja de 1982: “¡Debería haberla ganado! Yo asumí la mayor parte del trabajo en la fuga con Contini y Criquielion. Lancé el sprint en el Boulevard Sauveniere, pero el italiano me sobrepasó. Quizás sea mi peor recuerdo como ciclista.” Los tres, junto a Stefan Mutter, habían abandonado a falta de 15 kilómetros para meta la compañía de un pequeño grupo de ciclistas entre los que estaban Roger de Vlaeminck, Sean Kelly, Stephen Roche, Tommy Prim y Johan van der Velde. Siendo Fons el más rápido de los cuatro, un error en la elección del desarrollo le pudo costar la carrera.

     

       De Wolf, que nunca guardó un trofeo o un maillot, “no me interesa, o los regalé o los tiré a la basura”, nunca volvió a alcanzar el nivel mostrado esos años, siendo considerado como uno de los talentos más desaprovechados de la historia del ciclismo. Como dice habitualmente Freddy Maertens: “Fons era demasiado guapo para ser ciclista.”

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