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PRINCIPALES VICTORIAS

  • Vuelta a Cataluña: 2009, 2017, 2018
  • Vuelta al País Vasco: 2017
  • Flecha Valona: 2006, 2014, 2015, 2016, 2017
  • Lieja-Bastogne-Lieja: 2006, 2008, 2015, 2017
  • Giro de Italia: 1 etapa
  • Critérium de la Dauphiné Libéré: 2008, 2009
  • Tour de Francia: 4 etapas
  • Clásica de San Sebastián: 2008, 2014
  • Mundial: 2018
  • Vuelta a España: 2009 - 13 etapas

 

ALEJANDRO VALVERDE (1980)

  •    Florencia, Campeonato del Mundo 2013. Varios favoritos… Fabian Cancellara, Vincenzo Nibali, Peter Sagan, Philippe Gilbert… Y los españoles, sobre todo Alejandro Valverde y Joaquim “Purito” Rodríguez. Un circuito final de algo más de 16 kilómetros al que se darían diez vueltas, técnico pero duro, con dos subidas exigentes: la subida a Fiesole, de 4,5 km y pendiente media del 5,2%, y Via Salviati, un repecho de algo más de 500 metros con pendientes de hasta el 16%, a 5 km de meta.

     

       Como casi siempre en los mundiales, los primeros 240 kilómetros son de desgaste. En Florencia ese desgaste se acentúa por la lluvia incesante. A falta de 35 kilómetros están en cabeza Giovanni Visconti y Bartosz Huzarski. En ese punto llega el primer momento clave, quizás el más importante para el posterior desarrollo final… En ese momento uno de los grandes favoritos para la victoria, el italiano Vincenzo Nibali, sufre una caída. Se reincorpora, pero ha perdido algo más de un minuto. Le cuesta pedalear, parece eliminado, los coches de equipo le adelantan. No parece que tenga grandes daños, simples rasguños. El pelotón está roto en varios pedazos. Cuando quedan dos vueltas Nibali pasa por meta a algo más de un minuto del grupo de favoritos… Philippe Gilbert, Carlos Betancur, Greg Van Avermaet, John Degenkolb, Alejandro Valverde, Rui Costa, Boasson Hagen, Alberto Contador, Rigoberto Urán, Joaquín Rodríguez, Jakob Fuglsang, Fabian Cancellara… son algunos de los componentes de ese grupo de unas 35 unidades. El equipo belga tira en cabeza, a un minuto de los dos escapados. En menos de cinco minutos Vincenzo Nibali se reintegra al pelotón tras protagonizar un escandaloso trascoche que adulterará el final de la competición. Los jueces de la UCI cierran los ojos ante la maniobra del italiano.

     

       42 ciclistas llegan agrupados a la última vuelta, después de absorber a los dos escapados. En la subida a Fiesole es Michele Scarponi el que desata las hostilidades. Le secunda Joaquim Rodríguez, y rápidamente se forma un grupo en el que ataca con fuerza Vincenzo Nibali. Tras el ataque del siciliano cinco corredores se quedan cabeza: el propio Nibali, Rigoberto Urán, Alejandro Valverde, Purito Rodríguez y Rui Costa. Ni rastro del resto de favoritos, desfondados. Vuelve a atacar Purito y coge unos metros de ventaja con Nibali, que le sigue. Coronan juntos, y en la bajada, a 9 km de meta, cae Rigoberto Urán, que queda descartado. También en esa bajada, territorio Nibali, Purito consigue adelantarse al siciliano… El andorrano queda en cabeza, formándose por detrás un trío con Nibali, Valverde y Rui Costa. Nibali pide ayuda. Evidentemente Valverde no se la va a dar. Rui Costa, menos. Porque Costa es… Costa es… Pedirle un relevo a Rui Costa es como pedirle a Rui Costa que te dé un relevo. Nibali señala a Costa… “¡Vamos, colega!”  Costa se pone en cabeza y da un relevo a medio gas pero enseguida saca el codo, tiene alergia vitalicia a la cooperación. Purito abre un hueco de algo más de 10 segundos, pero rodar en solitario no es su mejor cualidad. En cualquier otra carrera posiblemente sería Jaque Mate, pero Nibali adopta una táctica nada habitual, y tira en solitario olvidándose de que a su rueda están Valverde y Rui Costa. En la subida a Via Salviati, terreno Purito, Nibali consigue reducir su ventaja y posteriormente le neutraliza. Es un mano a mano entre Joaquim Rodríguez y Vincenzo Nibali, que parece el gregario de Alejandro Valverde. Es una táctica suicida de Nibali, aunque si no tira él sus posibilidades también son cero. Debe elegir entre cero y cero. En el 99’9 de las carreras nadie adopta la “táctica Nibali”, pero es un Mundial, se corre en Italia y quién sabe lo que puede pasar.

     

       A 4 kilómetros de meta los cuatro están reagrupados. Han sido 5 kilómetros de Rodríguez contra Nibali. La carrera se pone bien para Valverde, mucho más rápido que el resto. Sólo tiene que vigilar a Costa. Pero inmediatamente Purito vuelve a atacar. Nibali vuelve a neutralizarle. Purito niega con la mano… “¡Sólo vas a por mí, así no!”.  Poco después, en un pequeño repecho, Purito vuelve a atacar nuevamente. Las posiciones por detrás, inalterables: Nibali, Valverde, Costa. Esta vez Purito consigue abrir un pequeño hueco que Nibali no consigue cerrar. Quedan dos kilómetros y Nibali no puede más. Los dos primeros puestos parecen asegurados para los españoles. Valverde sólo tiene que vigilar a Costa. Quedan 1,5 kilómetros y Purito tiene una ventaja de cinco segundos. No es mucho, pero no parece difícil para un hombre como Valverde, con su gran arrancada, secar un posible ataque de Costa, y eso será suficiente para que este sólo se preocupe por el sprint para la segunda plaza. El ataque de Rui Costa, como era previsible, se produce. Y en este momento sucede algo ilógico, quizás una abducción temporal, quién sabe, pero Valverde se queda vigilando la rueda de Nibali, a lo mejor pensando en que este cerraría el hueco con el portugués. La destreza táctica no es históricamente la mejor cualidad de Valverde, pero en ese instante mágico esa falta de visión pudo alcanzar sin duda el apogeo de su carrera. O quizás, como teórico líder del equipo español, se vio atado de pies y manos ante los insistentes ataques de Purito, vio cómo la carrera se le escapaba y se dejó ir, sabiendo que si iba a por Costa tampoco ganaba él. Sin embargo, el seleccionador español del momento, Javier Mínguez, dice que "Purito atacó porque el propio Valverde se lo dijo". O quizás sucedió como el propio Valverde comentó posteriormente:  "Una pena. Al final Rui estaba muy bien. Yo pensaba que ganaba Purito. Ha arrancado Rui y yo estaba detrás de Nibali y ha sacado un hueco que no podía tapar. Yo tenía las piernas justas"Costa alcanza a Rodríguez a menos de 500 metros de meta. Rodríguez no se lo cree, “¿Dónde está Valverde? ¿Qué ha pasado?”

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